El lunes 13 de abril la Guía Bioética de Asignación de Recursos de Medicina Crítica fue emitida, esta guía para tomarse en cuenta en situaciones de emergencia como la que se vive con el COVID-19.
La guía establece que en una contingencia de salud pública, el objetivo es tratar de atender al mayor número de pacientes que sea posible y salvar vidas, sin embargo, el criterio usado es bastante injusto y peligroso para cualquier persona que se llegara a infectar de Covid-19 o, incluso de cualquier otra enfermedad que fuera de vida o muerte y que esa infección o enfermedad de gravedad coincidiera con una época de contingencia sanitaria pues, su oportunidad de sobrevivir, o más específico: de que si está internado en un hospital su vida sea salvada pues será mínima y es ahí en donde está la injusticia y gravedad en el tema, porque para decidirse a quién se salva o no, se tomará en cuenta desde el tipo de situación física y de salud que tenga la persona, considerando si esa persona ha sufrido: diabetes, obesidad, hipertensión, algún tipo de cáncer, problemas congénitos y físicos, como en este caso podría ser: discapacidad, y ‘la vida por completarse’, lo cual sería en relación también de personas con discapacidad y adultos mayores.
En relación a la injusticia y la gravedad acerca del criterio de salvar vidas, el hecho de que el personal de salud ‘evalué’ las condiciones de cualquier persona hospitalizada, sea por Coronavirus o, por cualquier otra enfermedad (sea mortal o, no), es verdaderamente inverosímil y escalofriante porque estaríamos sometidos a criterios de ignorancia, de discriminación e incluso de odio!, primeramente porque la vida de cualquiera de nosotros es valiosa y nunca debe sujetarse al criterio de ningún médico, enfermera o, político la decisión de que persona vive o muere dentro de una emergencia sanitaria es totalmente nefasta e insultante como ser humano y ciudadana, se supone que los médicos y personal de salud tienen la misión de sanar y eso es “el juramento hipocrático”, pero, cuando ‘un profesional de la salud’ tiene que decidir ‘al azar’ quien vive o muere, dependiendo de un criterio ‘personal’, es prácticamente un homicidio solapado…esto sería casi como volver a la época de los Emperadores Romanos, que con la sola indicación de un dedo decidían quien moría y quién vivía!, situación similar a la presentada en la película de Soylent Green de 1973, actuada por el inolvidable Charlton Heston, en la cual se decidía eliminar a adultos mayores y con ellos se producía alimento pero, lo peor es que podría equipararse a la época del 3er Reich en la Alemania y Austria de Hitler en donde las personas con discapacidad eran eliminadas dentro del programa ‘T-4′(Eutanasia), las personas con discapacidad física y mental eran vistas como “inútiles y anormales” para la sociedad, una amenaza para la pureza genética aria y su concepto de ‘raza superior’, así que ‘los médicos del 3er Reich’ revisaban expedientes y ‘decidían a que personas con discapacidad’ se eliminarían en la cámara de gas, otros con dosis letales de drogas o por inanición, así fue como miles de personas con discapacidad fueron asesinadas entre 1940 y 1945.
Menciono esto porque como persona con discapacidad, como hija de 2 adultos mayores, como maestra y como activista por la discapacidad, me aterra el pensar que si enfermara de algo durante esta pandemia, si fuera ingresada en un hospital por necesitar cuidados extremos pues mis posibilidades de sobrevivir serían juzgadas por gente que desconoce por completo mis habilidades y trayectoria, el que jamás he sido una inútil, holgazana, ni mantenida, en más de 30 años he trabajado arduamente en mi profesión y por la discapacidad y se me haría más que una injusticia o, crimen el que alguien decidiera si vivo o, muero por ser parte ‘de un grupo vulnerable’!, igual de criminal o injusto seria que la vida de mis padres (adultos mayores), amigos con discapacidad, gente con hipertensión o cardiopatías se decidiera en ‘un volado’ y bajo criterios mediocres.
Los adultos mayores (60 +),es uno de los grupos vulnerables más propensos de contraer Covid-19, sin embargo, hay otro grupo vulnerable el cual está siendo totalmente abandonado e ignorado y somos las personas con discapacidad, ya que ni mencionados somos dentro del grupo de personas propensas y la verdad es que la información que dan las ‘fuentes oficiales’, ni siquiera enfatiza que todas aquellas personas hipertensas son doblemente propensas al virus porque, el virus encuentra más formas de adherirse a los pulmones, más específicamente a los alvéolos, la infección ‘secuestra las células y el cuerpo produce sustancias químicas que son altamente agresivas’, cuando se presenta la neumonía, esta causa congestión en los pequeños sacos de aire en la base de nuestros pulmones (alvéolos) y si la infección se agrava, puede incluso producirse un paro respiratorio, lo cual es doblemente grave en adultos mayores y en el grupo invisible: la discapacidad.
Ayer 15 de Abril se registró y se dio a conocer el primer deceso ‘publico’ (reportado incluso por el Gobierno)de una niña con Síndrome de Down por coronavirus, en el reporte se enfatizó que esta pequeña de tan solo 12 años, originaria de Tabasco tenia: Síndrome de Down, la cual es una alteración cromosómica que causa algunos trastornos en el sistema inmune (inmunosupresión),por esta razón, las personas que tienen Síndrome de Down tienen mayor susceptibilidad a las infecciones, además, esta niña vivía también con una cardiopatía congénita por lo cual era doblemente propensa a sufrir complicaciones.
Este fue un caso público, triste y terriblemente lamentable que una niña con discapacidad falleciera, y es aún más terrible el pensar ¿cuantas otras personas con discapacidad (pertenecientes al grupo invisible) ya están infectadas o se infectaran?, ¿cuantas estarán en peligro de que la ignorancia y el poco criterio decidan si una persona con discapacidad ‘merece vivir’?, esta decisión tomada bajo ‘la calidad de vida, tiempo por vivir, y/o cualquier otro razonamiento’ falto de conciencia y raciocinio’
Se entiende que es una pandemia, una emergencia sin precedentes, casi ningún país contaba con el material y equipo médico para atender a los infectados pero, en el caso de México hubo una notable negligencia e ignorancia para darle batalla al Covid-19, sin embargo, ni los adultos mayores y mucho menos las personas con discapacidad tenemos la culpa de un gobierno que minimizó la gravedad de este virus, los muertos e infectados son responsabilidad de ellos, de este gobierno que ignoró las medidas de seguridad más básicas al inicio de la pandemia, no se crearon protocolos oportunos para frenar el contagio y mucho menos protocolos de salud que incluyeran adultos mayores y personas con discapacidad, de hecho, se le cuestionó al vocero presidencial del coronavirus en twitters, acerca de cuáles serían los protocolos de atención para personas con discapacidad y solo hubo silencio, de igual forma, tampoco tomaron precauciones de tener equipo médico y de combate al virus en hospitales por lo tanto, muchos doctores y enfermeras ya se han contagiado, la mayoría de personas con discapacidad vivimos ya en un gran peligro ante esta terrible irresponsabilidad del gobierno que en un futuro, los podría llevar a ser juzgados por negligencia y crímenes de lesa humanidad.
Sandra Villanueva