La falta de respeto por los espacios públicos es un serio problema que necesita verdadera atención por parte de las autoridades, cuando salimos a nuestras actividades, es muy frecuente encontrarnos que en las banquetas, hay toda clase de vendimias que aparte de ensuciar las calles, obstruyen el libre tránsito de los peatones y esto es peor, cuándo obstruyen las rampas, paso y entrada de personas con discapacidad y toda esta problemática no solo sucede en México, también es caso de queja en otras ciudades latinoamericanas en donde se practica el comercio informal y ambulatorio.
Cualquier espacio público debe estar libre de obstáculos para que cualquier peatón, pueda caminar sin problemas, como persona con discapacidad, diré que es muy molesto para todos los que sufrimos alguna discapacidad el encontrarnos con rampas obstruidas por vendedores de comida y fritanga, señoras que venden flores, motocicletas, bicicletas y hasta autos, igual sucede con los espacios exclusivos de estacionamiento para personas con discapacidad, ya que en los pocos lugares que si cuentan con el doble cajón, el cual no es un adorno, es doble cajón para que las personas con silla de ruedas y personas con andadera, puedas ascender y descender sin problemas de los vehículos, porque se tiene que colocar la rampa de vehículos, la silla de ruedas o, andadera, desafortunadamente, hay gente que ‘a fuercita’ estacionan autos, motocicletas o bicicletas en ese segundo cajón, bloqueando así, el espacio de una rampa, silla de ruedas y/o andadera, otras veces hasta se instalan ahí, los vendedores ambulantes y los limpiaparabrisas.
Me ha sucedido muchas veces ya en rampas que desembocan en tienditas de servicio y en el Congreso del Estado de Querétaro, en donde hay una rampa, que además es para acceso de todo el empleado, pero también para personas con discapacidad, en las tienditas a las cuales pocas veces voy porque quiero comprar un refresco, un café o mis papitas, a veces mejor me doy la media vuelta porque es imposible pasar, ya que las Marías tienen sus bolsas y mercancía, además de sus niños, obstruyendo la rampa y la puerta, en el Congreso es algo similar con una señora que vende flores y fritanga, conversaba este tema y lo incómodo que es para personas con discapacidad el pedir que mueva su mercancía, alguien me comento ‘usted es una mujer muy educada, le pedirá con respeto que mueva sus cosas para que pueda pasar…’, a lo cual conteste: ‘perdón, pero, no tengo porqué pedir permiso de pasar, es un paso público y debe estar libre de obstáculos, no solo una servidora necesita pasar por ahí’, cuándo uno señala esto, a veces la gente nos ve ‘como los villanos’, la Sra. X es muy linda, se gana limpiamente la vida con sus vendimias, pobrecita….y haré un énfasis: la calle es de todos, si todos podemos transitarla sin obstruir u ocupar un espacio que por regla de las ciudades y municipios debe ser para transitar sin problemas de accesibilidad general, cualquier peatón NO tendría qué caminar esquivando comida, bebida, y cualquier otra vendimia en general, es aparte por civismo y respeto que NO debemos obstaculizar pasos peatonales, espacios públicos, estacionamientos y rampas de personas con discapacidad, ni ningún lugar en donde los transeúntes No discapacitados o, con discapacidad tienen que pasar, esto incluso está dentro de las normas y reglas de las ciudades y en muchos casos, hasta sanciones pueden ser aplicadas… Diré: NO es algo que una servidora -como persona con discapacidad- se está colgando, sugiriendo, o inventando, es algo que existe y por seguridad, ética y civismo, pero, especialmente por respeto a los demás, debería respetarse.
Sandra Villanueva
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