Hace unos días leí un artículo acerca de la poca participación de personas con discapacidad dentro del mundo de la política y me recordó mi experiencia dentro de la misma.
De la misma forma que hay poca inclusión de personas con discapacidad en empleos, en las escuelas y en muchas otras áreas de la vida y de la sociedad activa, desafortunadamente, esto es muy notorio dentro del mundo de la política también.
Primero que nada tenemos que considerar que muchas personas con discapacidad aún están relegadas en un ambiente en el cual no existe inclusión, no hay empatía y esto los hace sentirse rechazados, los pocos que se atreven a salir y enfrentarse a las barreras sociales y arquitectónicas, además de las barreras ideológicas, los que hablan del tema de la discapacidad sin tapujos y dejando a un lado los tabúes, son ‘aplaudidos por muchos’, vistos como ejemplo de lucha y fortaleza pero, cuando intentan ir ‘más allá’ y ser activos política y socialmente se enfrentan a varios obstáculos o, problemas, por ejemplo, las personas con discapacidad los ven ya como ‘enemigos’, porque a pesar de ser portavoces de sus mismos problemas, ya no los ven como iguales ‘porque ya son parte de aquellos que nunca los han visto más que para usarlos como parte de la campaña’ , cuando alguien con discapacidad logra entrar en el terreno político y convoca a otros compañeros con discapacidad, la mayoría NO asiste a juntas, ni eventos, mucho menos a foros o reuniones con otros personajes políticos y/o líderes de partidos, otros primero buscan la dadiva y asisten si se les dará un apoyo o, recompensa, otros más si aceptan que no van porque no creen en la política y otros más dicen ‘que no pueden ir porque no hay transporte o, es muy caro’ (lo cual es verdad lamentablemente), todo esto denota una enorme apatía por parte de todos los sectores de la discapacidad.
Esta apatía desafortunadamente, nos ha llevado a que nos ignoren y no seamos visibles como parte de la sociedad, ¡nunca se tomara en cuenta a quien no habla, ni exige sus derechos!
Por otro lado, muchos partidos políticos que ‘invitan a sus filas’ a esas personas con discapacidad que se atreven a dar el paso y levantar la voz pues, también los usan como material político y de campaña, en época de elección, a muchos les dan alguna posición dentro de los partidos pero, su crecimiento político es limitado por falta de presupuesto (mayormente, por falta de interés en el tema=falta de apoyo por esos líderes políticos ‘de más arriba’), la gran mayoría de activistas de la discapacidad que tienen madera política y liderazgo NO reciben el apoyo para una candidatura por parte de ningún líder, candidato, diputado o, partido político, lo que marca esto aún más es la poca solvencia económica que las personas con discapacidad tienen para iniciar su propia participación política y una campaña que los acerque a la ciudadanía, aparte de la poca inclusión y accesibilidad para visitar comunidades y gente que está más marginada, gente con y sin discapacidad, ya que la finalidad de una participación política es ver las problemáticas y necesidades de todas las personas, aunque claro, el enfoque directo sea acerca el de crear políticas públicas, leyes y beneficios (inclusión y accesibilidad) para todas las personas con discapacidad.
En mi experiencia dentro de un partido político, puedo decir que me dio grandes aprendizajes y enriquecedoras experiencias pero, también vi la realidad de la discapacidad y el poco interés que muchos líderes políticos tienen por la misma, fue decepcionante ver también como otros compañeros con discapacidad me segregaron y me hicieron a un lado por ser activa en ese partido político, sin embargo, siempre estaré abierta a retomar esta experiencia y lucha porque, aunque la discapacidad es apolítica, es un mundo el cual, debemos incursionar y exponer la realidad que vivimos como ciudadanos con discapacidad.
Sandra Villanueva